domingo, 7 de septiembre de 2014

JAMBO KENIA!


Finalmente hemos cruzado la frontera entre Etiopía y Kenia por el paso frongterizo de Moyale, aunque nuestros planes iniciales eran  cruzar pegados al lado este del Lago Turkana, por Banyafort,  lo hemos desestimado ya que en Banyafort la frontera no esta servida, osea que nadie te firma el pasporte de entrada y salida ni el Carnet du passage, ese trámite se debe realizar en Nairobi, pero nos faltaría el  sello de salida de Etiopía, asi que pasamos de más problemas burocráticos o de tener que volver hasta Addis.


El paso de Moyale es sencillo y rápido, funcionarios amables y eficaces en ambos lados, como nota decir que la gasolina es mas barata en Etiopia que en Kenia. Cuanto más al sur más cara parece ser la gasolina, bueno en nuestro caso diesel, 11centimos de € en Egipto,  32 centimos de € en Sudán, 80 centimos € en Etiopía,   1,05 € en Kenia.
El Moyale de Kenia lo vimos y lo sentimos más relajado, gente sonriente con un Jambo en la boca y un Welcome nos saludaban a nuestro paso. La verdad es que esa clase de cosas son las que te hacen sentir bien cuando viajas, sentirte admitid@ en el entorno en el que estás. No tendría ningún sentido estar en el sitio más maravilloso del mundo rodeado de gente desagradable, inebitablemente ya no sería el sitio más maravilloso del mundo...
Hacemos acampada libre en nuestra primera noche en Kenia, la dueña del campsite nos la intenta colar y preferimos marcharnos, a la mañana siguiente bajamos hasta Marsabit, madre mía que carretera, dura y llena de baches, piedras hacia arriba, hacia abajo, de costado, transversales y de espalda... ninguna de nuestras cosas del Decathlon o del Ikea han sobrevivido al camino, a las sillas y mesa se les han caido los tornillos y las cajas de almacenaje donde viajan nuestras  cada vez menos pertenencias se han estallado, lo único que no se queja es el coche , la próxima vez que tenga que comprar algo para ir de camping, voy a ir a un concesionaio Toyota.
En la carretera carvanas de camellos y árboles dorados y azules nos acompañan durante el camino.
Marsabit, tiene un centro urbano disperso y no tiene mucho más encanto que los cráteres volcánicos que lo rodean y las gentes que lo habitan, como siempre con una sonrisa y  un welcom. Acampamos en los jardines del Jirime Resort, allí por una mera casualidad coincidimos con el ministro  keniata y todo su sequito de militares de alto rango en reunión con  un grupo de chinos, todos luciendo chaleco reflectante y unos irlandeses que ponían el toque de normalidad. El motivo de tal reunión, como nos  informan los irlandeses, la nueva carretera entre Marsabit y Moyale, estara terminada en dos años.
Bienvenidos al progreso, aunque seguro que algún viajero sediento de emociones  echa de menos la antigua carretera, yo personalmente no sé que decir, guardamos un buen recuerdo de esa batidora pero si tendría que volver a pasar,  esperaría dos años para ver que asfalto son capaces de plantar los chinos.
Dormimos casi llevados por el viento, por un momento pensé que el viento nos llevaba de nuevo a Etiopía y teneiamos que hacer de nuevo el maldito camino. Finalmente todo acabó con pelos alborotados al salir de la tienda.
A la mñana siguiente trás un intento frustrado de subir unas fotos al blog, estabamos llenamdo los jerrys para cruzar el desierto de Chalbi, cuando conocimos a otra de la joyas de este viaje y lo digo en el mejor de los sentidos, un leones que viaja en moto.
Salimos tarde hacia Chalbi,por la pista que hay al sur de Marsabit,  el primer tramo hasta Kargi vuelve a ser una carretera dura y con mucho viento por un lado, pero cautivador y sorprendente por otro.
Pasamos por diferentes aldeas llenas de color por las comunidades Rendille y Turkana que viven por allí, vemos como el paisaje va cambiando progresivamente, el viento en esta región no cesa.
A partir de Kargi la pista es de arena y se circula de maravilla, hacemos noche en mitad del camino a unos 30 km de Kargi, ya con la noche echada los aullidos de las hienas nos ponen en nuestro sitio y subimos a la tienda de un salto hasta el amanecer, la verdad que acojonan, jajaja. 
 
A la mañana continuamos hacia Gas una villa pegada al Lago Turkana, en el camino tenemos que vadear cuatro o cinco charcos que nos han puesto las cosas difíciles, manda narices que en mitad del desierto se formen charcos y estos tengan que estar en mitad del camino, con la arena tan fina se forma una pasta que parece mortero y chupa el coche hacia abajo cual arenas movedizas.
Las casas de estos poblados son poco más que chozas en medio de campos de piedras volcánicas, un medio de vida duro para unas persona hospitalarias y sonrientes.  Finalmente aparece el Lago Turkana ante nuestros ojos, sin duda el camino a merecido la pena....!
Aquí mucha gente luce cientos de collares con miles de cuentas de colores y ropa tradicional  y siempre va hacia algún lado así que nuestro coche siempre lleva a algún pasajero extra. Nos paran dos pastores de la zona para que les llevemos más adelante, si hombre montad, huele todo a cabra que no veas, nos recuerdan a los billetes etíopes. Empiezan las conversaciones absurdas en las que ni unos ni otros entendemos nada. No sé como pero  intenterpretan lo que decimos, nos llamamos Eneko y Alba y ellos nos dicen los suyos. El del primero parece ser que hay que decirlo desde el gaznate forzando bien las cuerdas vocales hasta dejarlas rojas y el otro pobre debía de ser muy tímido pues lo pronunciaba muy bajito. Menudos dos, o mejor dicho menudos cuatro. Nos piden agua, como no les dejamos una botella de 1,5l, le pegan dos sorbos, de 750 cl cada uno. A tomar por culo agua! Nos piden de todo, el niky, el reloj, el volante y nos dicen que es para la escuela! oye chicos que teneis casi 40 años...más risas. Ha sido un momento muy divertido, gente encantadora, muy amables con nosotros.
 
 Bajamos hasta Loyanjalani donde hacemos noche,cautivados por un campsite que tiene pisicna. Sí sí tiene piscina, una imagen vale más que  mil palabras, hay no se baña ni el marismeño. Loyanjalani es un poblado donde pastores de diversas tribus conviven bien hermandados y con una forma de vida muy auténtica. El pueblo tiene sólo una calle, pero da un juego que no veas, tiene un hotel Hilton, un Vision hotel..hay van las fotos.
Eso sí tienen auténticos restaurantes de cocina keniata. Nos comimos unas patatas cocidas de chuparse los dedos. Mientras cenabamos iban pasando todos los del pueblo a vernos. Cuando levantabas los ojos del plato, tenias otros mirándote desde la puerta.
Dormimos en nuestro "exclusivo" campiste con piscina al aire libre.



2 comentarios:

  1. Piscina olímpica y con tratamiento pa la piel incluido; así da gusto! ;)

    Os pongo un enlace pal q quiera suscribirse al blog por email y no perderse vuestras aventuras.
    goo.gl/w0BqxB

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  2. Kaixo Dreams4, desde luego que estais cumpliendo el sueño, y todo lo que os queda por ver, oler, oir, sentir, etc. Verdaderamente es maravilloso, seguir disfrutando mientras yo me muero de envidia
    Un abrazo para el y un besito para ella, Xabi

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