EL MAR ROJO Y EL COCHE VERDE

Ayer volvimos de Hurgadha, en el Mar Rojo donde hemos pasado unos dias con una enorme familía de amigos de El Cairo que pasaban los dias de fiesta tras el Ramadan en la playa entre cervezas tequila y risas.

 

La verdad que han sido unos días fantásticos y nos hemos sentido como en casa y no sólo por las cervezas.

Cada uno aportaba su granito de arena en este desierto convertido en centro turístico, para hacer las veladas

entretenidas y la verdad que con mucho arte, habibi made in Cairo...

Hemos nadado con delfines y hemos visto multitud de peces de colores y todo con un mar turquesa de fondo, por el contrario el coral un poco falto de color pero lo suficiente para disfrutar de las inmersiones.

Y hoy......... por fin hemos podido sacar el coche del puerto, un día duro y largo, de una ventanilla a otra y vuelta a empezar, las instituciones viven en la edad media, osea que hacen lo que les sale de los cojones y como era de esperar con nosotros no han tenido mucho miramiento, nos han saqueado bien el bolsillo.

El tocomocho del extintor incluido y encima no uno si no dos extintores (te exijen llevar un extintor en el vehículo, pero no uno cualquiera si no uno de características y medidas tan especiales que tan sólo ellos son capaces de venderlo y al modico precio de el 300% de su valor), osea que ahora parecemos un camión de bomberos.

Ironías a parte, tenemos todo preparado para mañana salir rumbo a Asuan  por la Ruta de los Oasis (Farafra, Dakhla y Al Karga). En Asuan cogeremos un ferry rumbo a Wadi-Halfa, único camino para cruzar la frontera hacia Sudán (la carretera que une los dos países está prohibida para extrajeros todavía y desaconseja por ellos), desde allí seguiremos el curso del Nilo hasta la capital de Sudan, Jartum, donde deberemos parar a sacar los visados de Etiopia.

Empacho de arena y dunas, haber que tal funciona la pala nueva......!